"No puede juzgarse a una nación por la manera en que trata a sus ciudadanos más ilustres, sino por el dispensado a los más marginados: sus presos"
Nelson Mandela.
Para nadie es un secreto que las cárceles venezolanas son el escenario perfecto para cometer los más agravantes delítos sin castigo alguno.
En Venezuela, suceden un sin número de violaciones sexuales entre hombres. Aun cuando esta situación es conocida por muchos, es un tema que se ha convertido en tabú.
La gente lo sabe, pero nadie se atreve a hablar por miedo, sobretodo quienes tienen a un familiar dentro de algún penal. Ellos mismos son víctimas de esta gran mafía que opera dentro de estos centros penitenciarios, son los que más sufren y pagan las consecuencias al ser extorcionados porque sino pagan, la vida de ese ser querido les será arrebatada.
Antecedentes
El ritual de linchamiento a violadores opera desde hace varios años atrás, dentro de las cárceles venezolanas.
El caso Pocaterra, es el más violento y sanguinario. Ángel Pocaterra, acusado de abusar sexualmente de seis mujeres, al cual le dieron 50 puñaladas, le introdujeron un palo por el ano y lo decapitaron, hecho ocurrido en septiembre 2006 luego de haber sido capturado e ingresado al pabellón B del Retén El Marite de la ciudad de Maracaibo.
Richard Carrillo (Diciembre, 2006), peruano, fue encontrado sin vida por las autoridades en la celda 2A del pabellón C del retén El Marite, boca abajo y con un cuchillo clavado en el ano, tras una golpiza y violado reiteradas veces y con los intestinos al aire, 72 horas, después de haber sido detenido.
- Nombrado en internet como “La reina de arroz con pollo” (Octubre del 2008), quien violo a una niña de 7 años. Fue violado en La Penitenciaría General de Venezuela y sometido a la vergüenza y al escarnio público. Lo mataron linchándolo.
Situación actual
Actualmente en Venezuela se vive un momento crítico, debido a que desde el primer momento en que los individuos privados de libertad pisan su nuevo hogar deben batallar para salvar sus vidas al precio que sea. Esta cruda realidad es sinónimo de la falta de valores que inunda a la población venezolana y de la deficiencia de los diversos gobiernos y del actual que no han sabido controlar esta crisis penitenciaria que se acentúa cada vez más y que continúa violando los derechos humanos de los reclusos.
Un testimonio denominado “Una historia real” elaborado por un preso sudafricano que vive con VIH/SIDA, quien fuera violado por tres reclusos en el Penal de Tocuyito, revela como la violencia sexual entre hombres en los penales es un factor de elevado riesgo para la infección por VIH/ SIDA, relata: “Me sodomizaron repetidas veces y forzaron a practicar sexo oral. Estaba tan asqueado...sollozaba en silencio, con sangre corriéndome por el ano y con el sabor asqueroso de semen en mi boca.” Así se relata en la página web: http://rscmv.org.ve/pdf/noticias_epidemiologica31.pdf
La violencia sexual en las prisiones de hombres se despliega en al menos tres dimensiones: como método de retaliación entre bandas rivales, como medio para someter a presos jóvenes o inexpertos, como medio para obtener favores, drogas y protección, y, en definitiva, para sustituir a la mujer en el acto sexual. Por otro lado, la dificultad inherente a conocer con detalle la situación al respecto se desprende de las reticencias de los presos a referirse al tema, así como de la naturaleza esencialmente psicológica de sus secuelas.
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